El siguiente fragmento de "Destinitos fatales" de Andrés Caicedo, es un interesante ejercicio que pasa de "la imagen a la palabra". Una descripción que seguramente muchos encontrarán familiar porque permite ir reconstruyendo las irreales representaciones populares de los, ya en desaparición en estilo y cantidad, buses urbanos. ¿Alguien se anima a ilustrarlo?
Cuando en estas pinturas aparece el hombre, se trata de un fantástico guerrero negro con plumaje de piel roja, esgrimiendo una lanza contra un león fiero y en el fondo quien no va a distinguir el cerro de las tres cruces, aunque el pintor haya quitado las cruces. En otra que aparece el hombre tenemos un bohío en medio del campo, un hombre de sombrero y machete que saca a su mujer a la calle con todas las maletas y detrás de un árbol, otro hombre observa, y la inscripción en amarillo, azul y rojo "NO TE PERDONO MÁS".
Otro cuadro muestra un hombre que, escapando de un león se ha subido a un árbol de mangos, y en el árbol le ha salido una serpiente, del susto metió un pie en un avispero, quebró una rama y cayó. El cuadro nos lo muestra en el momento de la caída: un cocodrilo sale de un pantano y abre la boca, sin posibilidad de error para recibirlo. La inscripción dice: "ESTOY EN LA OLLA". Y más, que no me les puedo dedicar porque la gente me está molestando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario